Se trata de smartphones que han sido previamente usados y devueltos al fabricante o a una empresa especializada. Por ejemplo, pueden ser equipos de demostración de tiendas, de operadoras, o haber sido devueltos por algún usuario en un plazo determinado.
Estos teléfonos son sometidos a un proceso de reacondicionamiento completo, tanto en su exterior como interior, realizado por técnicos profesionales. Se reemplazan las piezas defectuosas y se le devuelve al dispositivo su máximo rendimiento y funcionalidad.
Luego se realizan exhaustivas pruebas y controles de calidad, se restablece el sistema operativo, se cambia la batería de ser necesario, y se empaca en una nueva caja.
El resultado final es un smartphone reacondicionado que luce y funciona como nuevo, pero se puede encontrar a casi la mitad de precio.